¿Igualdad? Hablemos un poco de perspectiva de género

Una lectora de Voilà vuelca su mirada sobre el llamado ‘techo de cristal’ y en cómo poder sumar desde lo personal, un aporte para el cambio

Hace un tiempo participé de la capacitación denominada “Ley Micaela”; como funcionaria pública y como mujer, celebré la adhesión a esta ley, entendiendo la urgencia de incorporar la Perspectiva de Género a todas nuestras prácticas, desde las más simples, como la atención al ciudadano en la realización de un trámite hasta las más complejas, como la construcción de políticas públicas.

Adherir al cumplimiento de esta ley implica, en primera instancia, la formación y capacitación en perspectiva de género para todos los funcionarios de la gestión pública; sin importar jerarquía, ni forma de contratación, ni el ámbito en el que desempeñen sus funciones. Esta es la primera forma de transversalidad que propone la normativa y el recordatorio más importante que debe tener el Estado: todos somos (o deberíamos) ser iguales ante la ley.

Ante esto, me surge la necesidad de marcar la urgencia social en la que nos encontramos y porqué el rol de los y las agentes estatales es fundamental para lograr cambios significativos; desde el primer contacto con el ciudadano hasta el desarrollo de políticas públicas que tengan impacto positivo en la vida de los mismos, como por ejemplo, la elaboración del presupuesto anual.

La perspectiva de género implica comprender que el sistema sexo-género es una construcción sociocultural y es también un sistema de representación que asigna significados y valores, por su sexo y edad, a las personas que son parte de una comunidad.

La inclusión de las mujeres en espacios de poder y toma de decisiones y su respectiva visibilización, reduce prejuicios y estereotipos negativos en cuanto a la eficacia de ocupar espacios de liderazgo. La exposición de mujeres líderes resulta inspiracional para sus pares, sin embargo, el llamado “techo de cristal” existe y no es exclusivo del ámbito privado, sino que en el Estado también se hace presente. Consiste en esa barrera invisible que aparece cuando las mujeres se acercan a la parte superior de la jerarquía organizacional y se les bloquea la posibilidad de avanzar en su carrera profesional hacia cargos de nivel superior.

Ante esto, me surge la necesidad de marcar la urgencia social en la que nos encontramos y porqué el rol de los y las agentes estatales es fundamental para lograr cambios significativos.

¿Deberíamos preguntarnos por qué? Cuestionar el estatus quo ha sido siempre parte de mi esencia, y con la intención de no dejar de hablar del tema (ya que considero que aquello de lo que no se habla no existe).Te invito a estar atenta y mirar a tu alrededor: en tu trabajo, charlar con tus amigas, familia o, cada vez que veas una noticia, prestá mayor atención a  las imágenes, te va a resultar llamativo la poca cantidad (o ausencia) de mujeres en el Congreso, Legislatura o Concejos Deliberantes municipales; ni hablar en la justicia o en el Poder Ejecutivo; no sólo en cargos electivos sino también en los equipos técnicos.

No estoy ni siquiera cerca de proponer una solución, pero me alcanza con despertar el interés de otras.

Creo firmemente que esta situación cambiará, o al menos quiero convencerme de que así será, de que un día romperemos esa barrera incorpórea cualquiera sea el lugar que ocupemos, desde afuera o desde adentro del ámbito laboral, con aquellas mujeres que están dispuestas a hacer “piecito” a otras para que cada vez seamos más quienes ocupemos espacios de importancia.

Por: Jimena Politino – D.N.I. 31.037.308

(N.del E: Todos los contenidos vertidos en la sección ‘Tu Mirada Voilà’ son de exclusiva autoría de quién los produce)

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