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El deseo de ser madre en tiempos de ciencia y esperanza

La maternidad es un deseo profundo que a veces necesita de la ciencia para hacerse realidad. En Mendoza, el IMR vuelve a marcar un hito con tecnología única en Sudamérica que potencia las chances de cumplir ese sueño.

El deseo de ser madre es tan antiguo como la humanidad misma. A veces llega de manera natural, otras requiere de un recorrido distinto, atravesado por la ciencia, la paciencia y la ilusión. En ese camino, la medicina reproductiva se ha convertido en una aliada fundamental para quienes sueñan con formar una familia.

En Mendoza, el Instituto de Medicina Reproductiva (IMR) lleva más de 30 años acompañando historias de vida, abrazando los anhelos de mujeres y parejas con la calidez de un trato humano y la precisión de la ciencia más avanzada. Este año, el centro marcó un nuevo hito al incorporar la incubadora HARIOMED TIME-LAPSE, una tecnología única en Sudamérica que revoluciona la forma de observar y cuidar a los embriones.

¿Qué significa esto? Que hoy los embriones pueden ser monitoreados en tiempo real, sin necesidad de ser retirados de la incubadora. Cada imagen, cada dato, queda registrado y es analizado con la ayuda de un software de inteligencia artificial que guía a los especialistas en la elección de la mejor estrategia de transferencia. En otras palabras: la ciencia multiplica las probabilidades de éxito y, con ello, las chances de cumplir el sueño de la maternidad.

IMR no solo fue pionero en la primera Fecundación In Vitro y la primera Microinyección Intracitoplasmática de espermatozoides en la región. Hoy, vuelve a posicionarse como referente al ser el primer centro de fertilidad de Latinoamérica en contar con esta tecnología de vanguardia. Pero más allá de la innovación, lo que distingue a este centro es su mirada integral: cada tratamiento contempla el acompañamiento psicológico, nutricional y emocional, porque ser madre es un viaje que se transita con el cuerpo, la mente y el corazón.

La fertilización asistida deja de ser un tema médico para convertirse en una historia profundamente humana. Una historia de mujeres que se animan a desear, de parejas que eligen caminos alternativos, y de una ciencia que, cada día más, se pone al servicio de la vida.

En tiempos en los que la maternidad ya no se mide solo por la biología, sino también por el deseo, la medicina reproductiva nos recuerda que el amor puede encontrar muchas maneras de llegar al mundo.

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