Editorial

Comenzar de nuevo después de los 40: ¿algo imposible de realizar?

Dicen que la llegada de los 40 años marca el inicio de toda una nueva etapa en las personas. Sin más, existe una reconocida ‘teoría empírica’ que afirma la famosa ‘crisis de los cuarenta ’, una expresión que hace referencia y pasó a formar parte de nuestro vocabulario habitual para nombrar esa insatisfacción o replanteo que suele irrumpir al llegar a las cuatro décadas, en esa etapa bisagra entre el cuidado de los hijos y de los padres, con responsabilidades laborales, gastos fijos que crecen y un cuerpo que va mostrando poco a poco, o a veces abruptamente, los cambios.



Lo cierto es que para muchos, el ingreso a esta década implica reflexiones y balances que en algunos casos, llevan a buscar un cambio rotundo en el camino.

Preguntas como ¿Soy feliz con lo que hago? o, ¿Estoy convencida de la carrera que estudié?, ¿Cuál es realmente mi sueño?, ¿Qué pasa si dejo de ganar suficiente dinero?  cobran protagonismo. Y es que a lo largo de la vida, pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando como para dedicarnos a algo que no nos gusta. Admitámoslo: no es fácil atreverse a dejar todo y buscar un nuevo horizonte profesional. Pero acá la buena noticia… ¡sí es posible!

Según una encuesta de Gallup, la etapa de mayor disconformidad en una persona en la actualidad se ubica entre finales de los 40 y los 55 años y son precisamente estos años, en los cuales podemos ‘dar el volantazo’ e ‘ir por más’. Pero, ¿cómo animarse y dar el gran salto?


Éxito vs satisfacción personal

Vivir en una sociedad como la actual en donde el éxito, la estabilidad y el dinero son bienes extremadamente valorados, llevará sin duda, a que plantearnos cualquier cambio sea algo que cueste. Sin embargo, mantenerse para siempre en esa meseta y conformarse o intentar cuanto antes salir de ahí acaso, ¿no vale la pena el intento?

Volver a barajar las cartas no debería ser algo tan dramático, entendiendo que lo único constante en la vida de un ser humanos es el cambio. Y con ello, cambiar una profesión o un trabajo debería ser algo más orgánico. Es cierto que la estabilidad económica puede ser un factor muchas veces que pesa en esta elección pero no debería determinarla ni mucho menos, sobre todo en los momentos económicos que nos toca vivir a los argentinos. Sin embargo, esto puede ser una oportunidad para buscar ese cambio que tanto deseamos.

Ya la Pandemia por Covid llevó a que muchas personas más allá de sus trabajos habituales y profesiones, buscaran alternativas para subsistir, obligándolas a iniciar después de los 40, una actividad que no habían tenido en cuenta anteriormente y que años después, se han convertido en sus trabajos u oficios principales.

En este sentido, y también teniendo presente las dificultades con las que se enfrentan las mujeres en su necesidad de continuar con la actividad laboral, la Asociación Civil Fuerza Mujeres Argentina, la cual acompaña a las mujeres desde los 40 años para que logren su reinserción laboral promoviendo el desarrollo personal y económico de las mismas, señaló cuáles son las 12 opciones más efectivas para encontrar un empleo después de los 40 años, de acuerdo a los resultados de su encuesta, son las siguientes:

  • Establecer una buena red de contactos
  • Formación/ actualización de competencias / capacidades
  • Establecer la rutina activa de búsqueda de
  • Potenciar/ actualizar el CV
  • Mejorar competencias digitales
  • Conocimiento sobre los procesos de búsqueda de empleo
  • Emprender
  • Mejorar competencias de idiomas
  • Conocer las competencias específicas del sector
  • Buscar oportunidades en el extranjero
  • Prácticas en empresas
  • Currículum ciego

  • Sentir esta especie de quiebre en la vida no debe asustarte ya que puede permitirte darte cuenta de que ‘quién sos’, no está en sintonía con ‘quién querés ser’, y en esto ver que algo no funcionó o que necesitás reformarte. Es más allá que un cambio de rol sino un cambio de tu identidad. Nadie asegura que será fácil pero tampoco es imposible. Buscar nuestros sueños, realizarnos y volver a enamorarnos de los que hacemos…¡ahí está el verdadero desafío!

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