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¿Cómo prevenir y tratar la alergia primaveral en tu perro?

Las mascotas también pueden padecer importantes cuadros alérgicos que se acentúan durante el equinoccio primaveral

Con la llegada de la primavera sin duda también llega el buen tiempo, el sol, la subida de temperaturas  y por supuesto, ¡las ganas de salir a pasear con nuestros amigos de cuatro patas! Sin embargo, no todo son alegrías y ventajas en la estación de las flores. Mientras la vegetación y la flora irrumpe y brota con fuerza llenando de belleza parques y plazas, son muchas las personas y también los animales que sufren intensamente las consecuencias de las temidas alergias al polen.

Sí, aunque suene raro, las mascotas también pueden padecer importantes cuadros alérgicos que se acentúan durante el equinoccio primaveral. La mayor parte de las veces, estas reacciones alérgicas vienen provocadas por la polinización de las flores o por picaduras de pulgas u otros insectos. Pero estas no son las únicas alergias, también existen otro tipo de sustancias nocivas como el polvo, la contaminación, algunos alimentos o tejidos que afectan al sistema inmunológico de nuestros amigos peludos y a los que son altamente sensibles.

Si se desea aprender a identificar los síntomas que puede mostrar el perro cuando sufre algún tipo de alergia, a qué razas afectan más o qué pautas se deberían seguir para mitigar dichos efectos, veamos algunos consejos.

Razas de perros más propensas a las alergias en primavera

Aunque las alergias primaverales pueden desarrollarse en todo tipo de perros lo cierto es que existen algunas razas más sensibles que otras y con mayor predisposición a sufrir las terribles molestias que las acompañan. Según indican los veterinarios y especialistas, los perros mayores de un año, de piel más clara y razas como el labrador, el pequeño bulldog francés o los Shar Pei de piel arrugada son los canes que tienen más posibilidades de vivir episodios alérgicos.

¿Cómo saber si mi perro es alérgico?

Teniendo en cuenta que en esta época nuestro perro pasa bastante más tiempo en el exterior y que por tanto, está más expuesto al polen de las plantas, puede mostrarse más sensible a sufrir diversas tipologías alérgicas.

Por eso, a la hora de identificar las señales de alerta, las más habituales que suele manifestar el perro cuando vive un episodio alérgico intenso son sobre todo de tres tipos: cutáneas, digestivas o respiratorias y suelen presentarse mediante los siguientes síntomas:

Picores intensos y pérdida de pelo: cuando se trata de una alergia canina de tipo dermatológica producida por la picadura de alguna pulga, debido a una reacción alimentaria o por el roce de alguna planta, la mascota tiende a rascarse, lamerse e incluso a morderse el pelaje compulsivamente. Como consecuencia, el perro puede presentar desde simples rojeces en la piel hasta heridas o calvas pronunciadas en las zonas más afectadas. Las partes corporales más sensibles a sufrir irritaciones, sarpullidos, erupciones cutáneas o llagas son básicamente entre los dedos, almohadillas, en la parte interna de las orejas y en el abdomen. También puede sufrir fuertes picores en la base de la cola.

Estornudos y garganta inflamada: al igual que le ocurre a algunas personas alérgicas al polen, con ciertas plantas, entre ellas, las gramíneas que deprenden numerosas partículas que revolotean por el aire y que, por tanto, exponencian las alergias respiratorias en nuestros perros, provocándoles incómodos estornudos e incluso sonoros ronquidos, en el caso de que su garganta se encuentra inflamada.

Conjuntivitis y lagrimeo: los ojos inflamados y enrojecidos, acompañado de lagrimeo constante es otro síntoma claro de alergia en nuestro perro.

Diarreas, vómitos y pérdida de peso: si nuestro mejor amigo canino sufre algún tipo de alergia intestinal lo más frecuente es que lo sintomatice mediante vómitos y diarreas. La consecuencia directa es su posterior pérdida de apetito, de peso e incluso de ánimo.

Pautas básicas para minimizar y controlar los efectos alérgicos

Durante la primavera es muy habitual que se deje a las mascotas correr libremente por el césped del jardín. Razón por la que las alergias relativas al polen sean más complicadas de controlar. Aun así, es posible mitigar sus efectos siguiendo una serie de pautas y rutinas muy sencillas y que, sin duda, mejorarán el bienestar de nuestro compañero canino, tales como:

Realizar una correcta desparasitación tanto externa como interna. Al llegar a casa tras el paseo, es importante limpiar las patas de nuestro perro entre los dedos y las almohadillas, orejas y ojos por si quedó algo de polen pegado en estas zonas.

Baños dermatológicos rutinarios. Darle un buen baño caliente con champús y productos dermatológicos especiales ayuda a deshacerse definitivamente de los restos vegetales y de polen que hayan podido quedar atrapados entre su pelo tras haber realizado alguna actividad al aire libre.

Utilizar collares o productos antiparásitos para prevenir. Poner o usar productos antiparásitos para proteger al perro de aquellas alergias que provengan de picaduras de garrapatas, pulgas u otros insectos es la mejor forma de prevenir.

Visitar al veterinario. Si ningún remedio de los que se han numerado funciona, es importante consultar urgentemente con nuestro veterinario de confianza para que, en primer lugar, proceda a hacerle los análisis y pruebas pertinentes que determinen a qué sustancias tiene alergia y en segundo, para que se le aplique el tratamiento más adecuado en su caso.

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