
Entrenar en invierno: ¿Qué errores evitar para hacerlo de forma correcta?
El cambio de estación también implica un cambio de rutina. Te contamos cómo lograr un entrenamiento libre de errores de novato esta temporada
Comenzó oficialmente el invierno y con esta nueva estación, también algunos cambios en los hábitos de las personas. No solo la ingesta de alimentación más calórica sino que para muchas, es el momento ideal para realizar actividad física. Y es que tanto si estás a punto de comenzar tu entrenamiento de invierno como si sos una aficionada a las rutinas constantes, hay varias cosas que diferencian los entrenamientos de verano de los de esta época del año y que deberías tener en mente.

Es por ello que pensando en tus entrenamientos de invierno, te brindamos algunos tips que te ayudarán a asegurarte de que saqués máximo provecho a tus sesiones de ejercicio sin cometer errores. ¡Tomá nota!
1. Hacer ejercicio al aire libre sin protección solar
Puede que pensés que en invierno no es tan necesario cubrirte de protección solar como lo harías en verano, pero el sol de invierno puede, de hecho, ser más fuerte a veces. Por lo tanto, si tu entrenamiento de invierno incluye cualquier tipo de actividad al aire libre (carreras de distancia, yoga al aire libre, ciclismo), debés asegurarte de ser tan constante con la aplicación de protector solar como lo harías en un clima más cálido.
2. Ir demasiado abrigado
Los especialistas en deporte aconsejan hacer ejercicio usando solo una camiseta delgada cuando hace demasiado frío. Pero lo que las personas suelen hacer para entrar en calor es abrigarse, a menudo demasiado. La desventaja de esto es que a mitad de un entrenamiento de invierno tenés demasiado calor, lo que te hace sentir incómodo y con frecuencia hace que decidas quitártelo. O, si te esfuerzás, transpiras y corres el riesgo de resfriarte cuando el sudor se seque y provoque un enfriamiento. Lo mejor es llevar capas ligeras, de modo que podas desprenderte de ellas cuando lo necesites, y volver a ponértelas cuando lo luego, ya que la tolerancia al frío de cada persona es diferente.
3. No ingerir suficientes calorías
La época más fría del año necesita que tengas mucho más combustible en el motor porque está constantemente en marcha intentando mantenerte caliente. Recordá que no podés quemar energía si no la tenes, y tus entrenamientos se resentirán por ello. Asegurate de comer muchas calorías (buenas) durante toda la temporada invernal.

4. No hidratarse lo suficiente
En verano, la hidratación es una de las prioridades de cualquier deportista. La pérdida de líquidos es obvia, y el deseo de reponer tu cuerpo surge casi por instinto. La gran diferencia en invierno es que no se suda tanto y no se bebe tanta agua simplemente por costumbre. Sin embargo, la realidad es que podes deshidratarte en invierno por esta misma razón. Continúa tomando un poco de agua a intervalos regulares para ayudar al vaciado gástrico; establecer recordatorios en tu teléfono puede ayudar.

5. No reducir el enfriamiento

¿Recordás que llevas todas esas capas de más porque tu cuerpo tarda más en calentarse con el frío en esta temporada del año? Esto puede ser un arma de doble filo. Tu cuerpo tarda en alcanzar el mismo calor y la misma temperatura que obtendrías mucho más rápido en una estación más soleada como el verano, pero eso también significa que el cuerpo se enfría mucho más rápido porque la temperatura incluye en eso. Por ello, para asegurarte de que no te enfermarás después de salir a correr una gélida mañana —debido a esa temperatura— en el proceso de enfriamiento, refucilo a los estiramientos básicos.
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