Florencia Canale, la voz de las mujeres que silenció la historia
Modelo en los 80, periodista, y escritora. Sus novelas atraviesan el alma y visibilizan el lado más humano de hombres y mujeres que forjaron la historia latinoamericana. Su puño, su creatividad, y su profesionalismo invitan a caer en el mundo de la novela.
La escritora argentina Florencia Canale visitó la provincia bajo el Ciclo Primavera Planeta en Mendoza, donde presentó “Bastarda”, su última novela. Nacida en Mar del Plata, fue modelo en los 80 y rompió paradigmas para introducirse en el mundo de las Letras estudiando en la Universidad de Buenos Aires. “Este era mi destino. Yo fantasee desde muy chica con la escritura y la literatura. Me tocó esa experiencia y volví a mi nido que es la escritura, la lectura”. Fue periodista de grandes medios como Noticias, Living, Gente, Siete Días, Veintitrés e Infobae. Desde el 2011, es autora de novelas históricas editadas por Planeta y vendidas en toda Sudamérica con títulos como: La hora del destierro, Lujuria y Poder, Sangre y deseo, Pecadora, Amores Prohibidos, Salvaje, La Libertina, La Vengadora, entre otros. Una mujer arrasadora, corajuda con un relato atrapante que compartió una linda charla con el Universo Voilà.
¿Venís del linaje de Remedios de Escalada?
Mi primera novela “Traición y pasión”, es la historia de Don José de San Martín y Remedios de Escalada. Cuando fue el lanzamiento en el 2011, conté que era sobrina de Remedios. Quizás esa era la excusa para escribir esa primera novela. Y ahí me di cuenta que no me quería ir más de la novela histórica.
¿Cómo es ese árbol genealógico que te une a una mujer tan importante en la historia como la esposa del General San Martín?
Don Antonio de Escalada se casó dos veces. Primero con Doña Petrona Salcedo y Vertis quien tenía parentesco con el virrey y tuvo dos hijos, uno de ellos es ascendiente. Enviuda y se casa con Doña Tomasa de la Quintana y tiene 4 hijos. Una de esas es Remedios. Por otro lado, Maruja, una de las hermanas mayores de Remedios se casa con un señor llamado José de María. Mi abuelo paterno era Canale de María. Por lo tanto, es doble parezco por la mujer de Don Antonio y por el marido de la hermana.
¿Quién te contagió ese gusto por las letras?
Vengo de familia de grandes bibliotecas. Una tía quizás de chica y María Rosa Oliver, una importante intelectual del Grupo Sur. Pero la decisión fue tomada antes que nada por la lectura. Empecé a leer a los 3 años y me convertí en una lectora voraz. Me armé mi mundo y en algún momento pensé que los libros eran como el aire que respiro. Y eso se transformó en una necesidad y ausencia por escribir. Si me diera a elegir entre leer y escribir creo que elegiría leer porque escribir lo haría igual en secreto o en la clandestinidad, pero no podría vivir sin leer.
¿Qué es lo que te motivó a escribir novela histórica? ¿Escribir esta primera y luego continuar con otras sagas?
La historia es una disciplina que me captura completamente. Si tuviera que responder es que busco mi origen. Aunque lo conozco, igual es una constante búsqueda. Tratar además de buscar en el pasado y encontrar algunas certezas. Vivimos en una constante incertidumbre y lo único que me da certeza es el pasado. Esa búsqueda hacia atrás, me calma un poco.
En esta búsqueda hay próceres que solo conocemos desde la gloria y en tus novelas vemos otro lado, quizás una faceta más vulnerable y humana…
Mis últimas novelas las protagonistas absolutas han sido mujeres. Pero no siempre escribo sobre mujeres, sino sobre historia latinoamericana. La historia está conformada por hombres y mujeres y el motivo de estas últimas mujeres es realmente que se había escrito poco. La historia se había ocupado muy por encima cuando habían tenido roles fundamentales y yo quise contar eso.
“Bastarda” es la historia de Manuela Saenz, identificada como la amante de Simón Bolivar y siempre en relación a este hombre tan inmenso. Pero ella fue inmensa por sí misma y me pareció apasionante contar la historia de esta mujer fuera de serie.
He escrito sobre San Martín, Belgrano y Rosas entre otros, pero interesa en general el siglo 18 y 19. La pasión y la desmesura que invadió a estos hombres y mujeres. Elijo contar la pasión en todos los sentidos de la palabra. Por momentos es muy peligroso. La pasión es desmesura y es imposible de controlar pero eso es lo que me gusta.
¿Cómo te viene ese protagonista o a la decisión de escribir sobre un determinado personaje?
En general me llega mientras estoy escribiendo la novela anterior y suelen ser personalidades contradictorias, desesperadas y desesperantes. Las vidas lisas, blancas y etéreas no me interesan para nada. Me interesan los obstáculos, las contradicciones, el lado más oscuro. Lo digo desde un algo positivo. La gente liviana incluso para la vida no me interesa. Prefiero lo que resulta inquietante. Entonces la vida de estos hombre y mujeres han sido por demás inquietantes, viéndolas desde el presente. Estamos viéndolo desde la perspectiva de dos siglos adelante y como pudieron lograr las cosas que lograron.
¿Cómo es el momento que inicias a escribir una novela? ¿Tenés metodologías o estructuras determinadas para comenzar a escribir?
Soy absolutamente metódica, obsesiva y ritualista. Mi cabeza en general (aunque está llena de palabras), está dominada al principio por números. Hago cuentas, divido azarosamente cómo estará configurada mis semanas y mis meses. Aunque no con caracteres específicamente, pero si bastante algebraico. Empiezo el 1 de enero a escribir. Aunque en esta oportunidad, ya estoy escribiendo. Esta vez me adelanté un mes porque quiero entregarla antes. Pero soy muy voluntariosa, trabajadora y constante. Yo escribo todos los días. La escritura es un arduo trabajo. Hay cierta ilusión, cierta idealización que baja la inspiración. Eso no es así, son muchas horas de lectura y concentración.
¿Cada novela requiere además de un gran trabajo de investigación?
Si, requiere de mucha investigación, que es constante. A mí, nada me conforma, y tengo que sentirme segura. Si bien trabajo con una historiadora tengo mi biblioteca que me abastece. Para este libro, necesitaba datos específicos del puerto del Buenos Aires por ejemplo y le dedico tiempo a esa investigación.
¿Podés adelantar algo de lo que estas escribiendo ahora?
Es un hombre de este siglo que sigue este proceso revolucionario independentista sudamericano que me interesa tanto.
Editorial Planeta anunció recientemente que Bastarda, tu reciente obra, será reimpresa. ¿Cómo es “Bastada” y qué significa para vos esta obra?
Es un libro ambicioso de más de 400 páginas. Lanzamos la segunda edición y me pone contenta con una protagonista no tan conocida en Argentina que podría no haber caudado tanto interés. Sin embargo, no es así, es considerada una de las 7 mujeres primordiales. Yo redoblo la apuesta y creo que, si no hubiera sido por ella, “La Libertadora” como la nombra Simón Bolívar no se si la aventura de los libertadores de América hubiera sido la misma. Una mujer bastarda, porque precisamente era una hija ilegitima que se arma una vida con mucho viento en contra. Se transforma en una espía, en una mujer que va a la guerra, empuña armas, viste uniforme de varón, pelea en Ayacucho y también fue amante de Simón Bolívar pero no fue lo mas importante que hizo. Vivió una historia de pasión más que de amor. Era una mujer casada, una provocadora, decide dejar al marido y largarse a los camino con un hombre tan importante como Simón Bolívar y se transforma en su persona de confianza y luego se transforma en un agobio para él porque Manuela era demasiado.
La investigación y escritura de esta novela todavía me conmueve. No me la puedo quitar de encima. Me sigue asombrando, emocionando, su entrega, su abismo constante. Todo es demasiado en Manuela.