Turismo

Un boleto al fin del Mundo

Un bosque helado, esquí de fondo, paseos en trineos tirados por siberianos y un buen chocolate caliente con la vista panorámica del Canal de Beagle… ¡qué más se le puede pedir a Usuahia!

Allá, casi donde termina el mundo, existe el  territorio más austral de nuestro país. El avión sobrevuela la punta donde termina la parte continental de Argentina llamada Cabo Vírgenes para atravesar el Estrecho de Magallanes y así llegar a Tierra del Fuego. Su condición de isla hace que las mayoría de los viajeros lleguen vía avión, y aunque no hay vuelos directos desde Mendoza, solo con trasbordo en Buenos Aires o El Calafate, tiene accesibilidad todos los días. Si el plan es llegar por tierra hay que hacerlo a través de transbordadores y por territorio chileno pero no es conveniente en la temporada de invierno.

Asimismo pisar territorio fueguino en esta época del año, es descubrir un mundo blanco lleno de atractivos y magia por doquier. La primera postal de embarcaciones sobre la orilla de la Bahía San Sebastián  da la bienvenida a una ciudad calma, de gente apacible, que disfruta de la maravilla de su provincia. Una ciudad iluminada como con velas que por el reflejo de la nieve resplandece, con pocos locales comerciales pero cada uno lleno del calor propio de La Patagonia.

Sublimes montañas componen un verdadero paraíso que ofrecen la posibilidad de una nieve óptima durante ocho meses al año, la cual permite la práctica de esquí alpino y snowboard. El Cerro Castor cuenta con 24 pistas abastecidas de alta infraestructura y tecnología en el medio de un paisaje conmovedor con pistas de escuela, y opciones recreativas para los que no son aptos a la práctica. Por otro lado, los que buscan adrenalina sobre las tablas encuentran el máximo placer en el complejo de montaña del Glaciar Martial, a unos 5 km de la ciudad, el cual durante su descenso ofrece una maravillosa vista la bahía. En el medio de estos valles íntegramente blancos como cuadros de Narnia se hallan centros de actividades para la práctica de esquí de fondo, un deporte extremo que se realiza solo en estos lares en Sudamérica, siendo el lugar elegido para entrenamientos de alto rendimiento de deportistas internacionales.

Tal es el valor de la práctica deportiva en Ushuaia (Capital Nacional del Esquí de Fondo), que ha sido sede del Congreso Mundial de Instructores de Esquí y Snowboard INTERSKI, siendo la primer ciudad del Hemisferio Sur en este tipo de encuentro que equivale a las Olimpiadas Invernales de los instructores catalogándose como el más importante del mundo en materia de disciplinas de esquí y snowboard.

En un entorno de bosque nevado insuperable también es factible realizar caminatas sobre raquetas durante el día o la noche bajo la luz de la luna, apreciando la inmensidad de la naturaleza. El patinaje sobre hielo y escalada se suman, aunque la estrella de las actividades fueguinas es sin lugar a duda los paseos en trineos tirados por perros siberianos, y se halla en los centros invernales Tierra Mayor, Las Cotorras (Ushuaia Blanca), Valle de Lobos, Haruwen, y Llanos del Castor. Si bien tiene una duración de 15 a 30 minutos por un valor de $400 es una experiencia única que solo puede vivirse en Tierra del Fuego y que vale la pena disfrutarla a pleno. Un plan similar pero más tecnológico son las motos de nieve que permiten inmiscuirse en el paisaje de manera segura.

A sólo 12 kilómetros de la ciudad de Ushuaia se encuentra el Parque Nacional Tierra del Fuego, con una superficie de 63.000 hectáreas de montañas y un espeso bosque patagónico bañado por las aguas del canal Beagle. En su interior por la ruta 3 se encuentra la bahía Ensenada y Lapataia donde nacen algunos senderos de trekking que conduce a la preciosa Laguna Negra. Desde estos lugares, se puede  embarcar en puerto Alvear y combinar excursiones al parque con la navegación por el canal Beagle visitando la Isla de los Lobos y el faro en el regreso a Ushuaia. En invierno el parque helado tiene un encanto especial y es recomendable atravesarlo en el Tren del fin del mundo. Fue construido especialmente con fines turísticos, siendo el primero en  América Latina con estas características.

A 8 km de la Ciudad se encuentra la Estación del Fin del Mundo, lugar de salida de  los trenes hacia la Estación del Parque, ubicada justamente dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego. El Tren del Fin del Mundo posee locomotoras de vapor, coches calefaccionados y amplios ventanales que permiten interaccionar con el paisaje que se transita. El estilo retro del ferrocarril es el primer paso para ingresar al túnel del tiempo y conocer a través de estas vías parte de la historia de Ushuaia, su penal y el antiguo tren del presidio. (www.trendelfindelmundo.com).

Vale la pena hacer la parada en el Museo del Fin del Mundo, un sitio que rememora poblaciones originarias hasta su desaparición con el hombre blanco, la flora y la fauna, los navegantes y el Mar Antártico, los recluidos y el surgimiento urbano. La naturaleza es el eslabón más prodigio de la isla. La flora y la fauna hasta en invierno tienen su propio capítulo ya que la vegetación helada lejos de parecer moribunda manifiesta destellos de cristales, mientras que los animales como los castores se refugian en sus castoreras que forman parte de los atractivos lugares.

La pesca es una de las actividades frecuentes de la zona. Aunque sus delicias gastronómicas ligadas al mar son un deleite. Mariscos y pescados encabezan la gastronomía con especial atención en la centolla fueguina, además de exquisiteces patagónicas como el cordero. La estadía en la provincia más austral de Argentina tiene sabores que al calor de los hogares y la vista panorámica bañada en nieve -a pesar de los días primaverales- invitan a tés de hierbas, chocolates artesanales y dulces de frutas finas.

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