El poder de la respiración
Inhalar y exhalar de manera consciente permite que un mejor control de nuestras emociones y energías logrando una calidad de vida superadora
El primer instinto del ser humano al nacer es respirar, una acción que se incorpora de tal manera que olvidamos su importancia. Sin embargo, ser conscientes de nuestra respiración nos permite recordar que estamos vivos, que nuestros órganos internos se conectan con nuestras energías, que podemos nivelar el estrés, y volver a encontrar nuestro centro. La respiración acompaña la existencia completa del ser humano, ya sea durante la alimentación, el descanso, el trabajo, el ocio o cualquier otra actividad.
La respiración consciente ofrece cientos de beneficios vinculados tanto con la salud física como mental brindando una conexión entre el mecanismo y las emociones. De hecho, los conocedores explican que el 90% de las impurezas del organismo se liberan a través de la respiración, si se la utiliza correctamente, aunque en promedio sólo usamos el 30% de la capacidad pulmonar.
Una persona inhala en promedio entre 16 y 17 veces por minuto, si su condición esta alterada por el estrés, aumenta de 20 a 25 y por lo contario si se encuentra en estado de calma disminuye a 10 inhalaciones por minuto. Sin embargo, en el momento de hacer un ejercicio de meditación la misma podría llegar a 3 respiraciones por minuto. Ser consciente de la respiración y practicar técnicas específicas resulta más fácil llevar la mente a un estado pacífico y aumentar la energía vital en el sistema.
El Arte de Vivir es un movimiento que permite practicar las técnicas de respiración para una mejor calidad de vida. En su afán explican que “en todos aquellos momentos de felicidad o alegría, las inhalaciones son expandidas, livianas, relajadas. En cambio, en medio de un enojo, estado de depresión o nerviosismo, el patrón se modifica y se vuelve más agitado o contraído” La respiración es el nexo entre el mundo externo de la actividad y el mundo interno de la quietud.
La técnica de respiración viene de la escuela de Kriya, y redunda en efectos positivos sobre la salud física y emocional de quienes la practican regularmente. Es la oportunidad de eliminar toxinas, incrementar la energía, revertir hábitos no deseados y manejar el torbellino de pensamientos negativos. Existen dos tipos de respiración:
La respiración abdominal se puede practicar acostado o sentado. Esta reside en lograr el ejercicio desde la zona abdominal, colocando las manos para apreciar que el abdomen se expanda al llenarse de aire y se libere. La respiración yógica utiliza toda la capacidad pulmonar. Es preferible hacerlo recostado y se toma de dos a tres espiraciones abdominales. Se expande el abdomen utilizando solo la mitad de tu respiración, con el objetivo de llenar los lóbulos inferiores de los pulmones. Continúa inhalando para expandir aún más el pecho, a fin de llenar los lóbulos medios. Hacia el final de la inhalación, se llenan completamente los pulmones. Se expande la parte superior del pecho y las clavículas se levantan levemente. Al exhalar, primero se vacían los lóbulos superior y medio del pulmón, permitiendo que las clavículas y el pecho se relajen. Luego, al vaciar los lóbulos inferiores, el abdomen se relaja.
La respiración se podría considerar el primer paso para aprender a meditar, ya que este ejercicio obliga a concentrar en la respiración y ayuda a entrar en la siguiente etapa.