Astenia otoñal: ¿por qué a muchas personas el otoño les sienta mal?
Fatiga, apatía e insomnio pueden estar avisando de este trastorno que ocurre por el cambio de estación
El otoño no es solo una estación de estar atentos por las famosas alergias estacionales sino también por otro trastorno que puede ocasionarse como puede ser la astenia otoñal. ¿De qué se trata? Es un estado de cansancio, apatía, debilidad y agotamiento (que aumenta debido a lo vivido en el contexto de pandemia, que aún continúa en muchas personas) y surge como consecuencia de una falta de adaptación o dificultades que presenta el organismo para acomodarse a los cambios estacionales. Se manifiesta con cierta fatiga corporal, dolores musculares, irascibilidad, y tendencia a la presión baja, que se asocia con cefalea.
“¿Por qué el otoño me sienta mal?”
Para muchas personas, la rutina diaria como puede ser salir temprano para ir a trabajar, puede verse abruptamente modificada al hacerlo en un horario en el cual aún es de noche y no hay presencia de luz solar – tal como sucede durante el otoño- y, cuando regresan, ya se ha puesto el sol, situación que trae aparejado un malestar, o ‘sentirse raro’.
Entonces surge la pregunta: “¿por qué el otoño me sienta mal?”
Esta es la pregunta que se hacen muchas personas que, año tras año, ven cómo la llegada del otoño afecta a sus emociones. La realidad es que se debe a mecanismos del cerebro que se regulan mediante la luz y, por tanto, cuando las horas de luz del día se reducen, el comportamiento cambia.
Debemos tener en cuenta que la luz solar es fundamental en la producción de la serotonina y la melatonina, dos hormonas indispensables para nuestro estado de ánimo, la regulación del hambre, la temperatura del cuerpo o la producción de energía.
La serotonina es un neurotransmisor en el cerebro conocido como “la hormona de la felicidad”, porque los niveles altos se relacionan con el bienestar y el buen ánimo. Por el contrario, una cantidad baja de serotonina se relaciona con la depresión. Pues bien, se ha visto que la producción de este neurotransmisor se relaciona con la luz solar: a más luz, mayor producción. Por tanto, cuando las horas de luz escasean, la cantidad de serotonina de que disponen las neuronas es menor. En consecuencia, pueden aparecer signos de tristeza y apatía.
Por otro lado, la melatonina también parece tener una función en este fenómeno. La melatonina es la hormona que regula el sueño y se produce cuando empieza a anochecer para procurarles a las personas un descanso adecuado, y su nivel en el organismo vuelve a descender por la mañana. Los días cortos, sin embargo, envían señales al cerebro para que produzcan melatonina mucho antes de lo que nos gustaría, cuando aún se tiene jornada y tareas por delante. Es por ello que muchos empiezan a notar sensación de cansancio y sueño mucho antes de que realmente se esté preparado para ir a dormir.
Por otra parte, es posible que una reducción en la vitamina D (que se produce, principalmente, en la piel por efecto del sol) pueda relacionarse con estos síntomas, aunque en este caso todavía no está muy bien estudiado su efecto.
¿Cuáles son sus síntomas?
A todos les puede afectar el otoño y los días cortos y cada vez más fríos. Sin embargo, para aproximadamente 6 de cada 100 personas, este problema se convierte en un desorden depresivo llamado “trastorno afectivo estacional” o astenia estacional. Sus síntomas son:
Tristeza.
Pesimismo o desesperanza.
Irritación o humor maleable.
Falta de motivación y pérdida de interés por actividades que antes resultaban agradables.
Trastornos del sueño (dormir demasiado, sentir sueño a deshoras, despertarse de madrugada).
Falta de energía, decaimiento.
Comer más de la cuenta, aumentar de peso.
El trastorno afectivo estacional afecta con mayor frecuencia a mujeres y jóvenes, así como a las personas que viven en lugares muy alejados del Ecuador y que, por tanto, tienen inviernos con días mucho más cortos.
¿Hay que preocuparse?
La astenia otoñal se trata de una sintomatología transitoria, que va desapareciendo de a poco con la adaptación; no es grave, pero podemos sentirnos débiles y hasta incluso “raros”. Muchas veces se deben tomar medidas tanto para prevenir como para transitar y superar rápidamente los síntomas.
Ante esta situación, se recomienda:
-Dieta equilibrada: moderada en proteínas y con bajo contenido de azúcares, sodio y grasas saturadas.
-Controlar el consumo de alcohol y de cafeína.
-Cumplir con 8 horas de sueño y adelantar el horario para acostarse a la noche.
-Evitar la exposición a las pantallas antes de irse a dormir.
-Cenar liviano
-Aprovechar al máximo las horas de luz natural.
-Realizar actividad física, para aumentar la secreción de endorfinas, y así aumentar la sensación de bienestar y mejorar el estado de ánimo.
-Mantener una buena hidratación.
La astenia otoñal no necesita de medicación, no se indica tratamiento farmacológico, sin embargo si esta situación persiste en el tiempo, es aconsejable recurrir a un profesional de la salud.