Constelación familiar, terapias que sanan vínculos
De ser nominada pseudo terapia a ser la más elegida por las nuevas generaciones que buscan respuestas a través de su ADN, liberando conflictos y karmas de antepasados
En tiempos cada vez más zen, los psicólogos pasan de moda y surge nuevas terapias alternativas que ayudan a resolver conflictos, a encontrase con uno mismo, a mejorar vínculos y alcanzar el máximo bienestar personal.
La constelación familiar se ha trasformado en una de las favoritas a la hora de sanar vínculos y darle respuesta a trabas emocionales y sanitarias. Pero nos preguntamos que es una constelación familiar. Las constelaciones familiares son un método desarrollado por el filósofo, teólogo, pedagogo Bert Hellinger. Su objetivo es liberar a las personas de sus “tensiones” que suelen venir de las “generaciones pasadas y tienen sus raíces en los acontecimientos de la historia de la familia” que son transmitidos generación tras generación.
Está terapia sistémica desarrollada por este ex sacerdote alemán postuló que personas unidas por lazos consanguíneos se afectan de manera mutua en diversos aspectos como la salud y la conducta..
Una constelación familiar es una intervención terapéutica breve en donde la frecuencia vibratoria es la misma que la del inconsciente del clan familiar explica la terapeuta Adriana Lampa Directora Ejecutiva de la Academia Internacional de Crecimiento Personal Uniendo Raíces y agrega: «Todos somos de un sistema al cual pertenecemos y esto es fundamental, porque nos debemos a un orden de jerarquía. Todos somos hijos y somos los últimos en ese orden jerárquico por lo que siempre estamos respondiendo a nuestros mayores. Tenemos la necesidad de tener la buena mirada de nuestros mayores y de acuerdo a eso damos todo y lo hacemos desde una situación de carencia (al haber conflictos no resueltos) y no desde el empoderamiento del amor, con la finalidad única de pertenecer para ser amados y aceptados. Pero la especialista asegura que esto está regido por una lealtad inconsciente invisible y desde allí suceden muchas veces enfermedades o conductas repetitivas que son respuestas a situaciones de otros que no pudieron resolver y recaen en nosotros, por orden de jerarquía, y tomamos la posta para que se resuelvan esos conflictos que quedaron pendientes en la familia.
Arrastra el nombre de constelación porque cuando uno mira las estrellas se ven cada una en su lugar. Busca una analogía con el sistema familiar o vínculos para alcanzar ese orden, pero según asegura la terapeuta: “No solo se puede constelar una familia, sino que da lugar a relaciones, situaciones de trabajo, entre otros.”
El fundamento de esta psicoterapia parte del hecho de que la herencia, más allá del fenotipo y el genotipo, incluye al genograma (también llamado cadenas ancestrales). Se trata de otra versión de la historia de la familia que afecta los patrones de respuesta, tendencias y hasta los eventos vividos.
¿Para qué sirve la constelación?
“Es increíblemente resolutoria. Los movimientos que se producen dentro del campo cuántico de las personas que representan sin saber lo que estén representando, es lo que lleva a la resolución del conflicto. Es decir, entregándose a la fenomenología más absoluta. Este movimiento es el que sana. Es un trabajo de compasión y amor ” explica Adriana Lampa haciendo referencia que la terapia trabaja sobre el conflicto de antepasados modificando todo aquello que sucedió, lo que nos está sucediendo ahora y para nuestra descendencia. Sana traumas que se arrastran de familiares que quizas nunca se conocieron pero generó un silencio que se manifiesta ahora en conflicto enfermedad a la persona que lo hace y su descendencia. Permite cuestionarse porque se repiten patrones que pueden superarse.
Una constelación puede ser individual o grupal, siendo esta última recomendada por la profesional el movimiento del Tercer observador, que es el que representa siendo fundamental en la sanación. «Se logra un ensamblaje empírico terapéutico a través de una entrevista inicial en donde se decodifica información, generamos un vínculo con la persona que va a constelar para que después sienta la seguridad necesaria para llevar a cabo esta terapia tan amorosa, compasiva y resolutoria.» cerró la terapeuta,