¿Qué estudios médicos son recomendables para tu salud y bienestar?
Este 2023, trazate el propósito de dedicarle el tiempo necesario a tu salud
Comenzó ‘oficialmente’ el año. Las vacaciones pasaron, los más pequeños del hogar retoman las clases y un largo 2023 comienza a activarse, y marzo resulta ser un buen mes para planificar -o al menos intentar hacer un bosquejo-, de los próximos días que vendrán. En esta planificación, te hacemos una pregunta ¿dónde ubicás a tu salud?
Y es que realizar anualmente un buen chequeo médico es sumamente esencial para toda mujer. A partir de ello, te puede permitir detectar de forma precoz enfermedades importantes. ¿Sabés cuáles son según tu edad?
La importancia de un chequeo
Los chequeos son un sistema de control de carácter preventivo, mediante los que no se busca llegar a un diagnóstico, sino detectar lesiones que pueden derivar en patologías que afecten a la salud.
Así, un buen chequeo general deben realizarlo anualmente tanto hombres como mujeres. Es por ello que cada año es importante hacer un chequeo médico general, que incluya exámenes de sangre, función de riñón, hígado, y azúcar, así como un perfil de lípidos.
Además de estos estudios, juegan un rol muy importante los antecedentes familiares a la hora de realizar estudios. Por ejemplo, sumar estudios hormonales, examen de tiroides, colonoscopía, entre otros.
Sin embargo, según la edad de la mujer, existen estudios específicos que debe realizarse. Te contamos cuáles son.
Vacunación
La vacuna contra el VPH fue incorporada al calendario nacional de vacunación en mayo de 2011 y debe aplicarse en forma gratuita y obligatoria a las niñas entre 11 y 16 años que no hayan estado expuestas al virus VPH. Así es que si sos mamá de una nena, recordá tener en cuenta lo importante que es la vacunación.
En tanto que las mujeres que hayan comenzado su vida sexual deben visitar periódicamente al ginecólogo y efectuarse los varios estudios.
Controles ginecológicos
Según lo que señala la Dra. María Eugenia Genest, Especialista en diagnóstico por Imágenes acreditada en Imágenes Mamarias (MP 10934) y Directora del centro médico Belona, “el control ginecológico es fundamental para la prevención de distintas patologías, en especial aquellas relacionadas con el cuello de útero y la gándula mamaria. Es recomendable realizarlo una vez al año, e involucra el Papanicolau (PAP), la Colposcopia, el Examen Mamario y los estudios de imágenes de estos órganos”.
En este sentido, la profesional señala a Voila que “los dos primeros sólo se pueden realizar luego de haber iniciado relaciones sexuales, y con ellos se buscan posibles lesiones, es decir, aquellas que si se las deja evolucionar, puedan generar algún tipo de lesiones pre-malignas asociadas al cáncer de cuello uterino. Estos procedimientos son básicamente preventivos, aunque no sean estrictamente una prevención primaria”.
“Por su parte, la patología mamaria cobró mucha importancia en estos últimos años. Por un lado debido a los avances que hubo en la imagenología, que permiten que los estudios sean cada vez más específicos, diagnosticando lesiones pequeñas en estadios tempranos que no son ni siquiera palpables. Por el otro, la biología molecular también está cambiando, generando cánceres que aparecen a edades más tempranas y son más agresivos”, afirma Genest.
Papanicolaou
Este examen permite detectar alteraciones incipientes del cuello uterino. Durante la prueba se toma una pequeña muestra de células obtenidas del cuello de útero para examinarlas bajo un microscopio.
Colposcopia
La colposcopia permite visualizar el cuello del útero para localizar posibles lesiones premalignas. También permite tomar biopsias de las zonas sospechosas para estudiarlas posteriormente en el laboratorio, o extirpar estas lesiones solucionando así el problema.
El examen mamario
En este estudio, el especialista palpa las mamas para detectar la posible presencia de bultos u otras alteraciones. También se recomienda realizarse auto exámenes mamarios periódicamente. Al respecto Genest señala: “Se recomienda realizarse una mamografía y una ecografía mamaria entre los 35 y los 40 años, y luego de esa edad incluirlas rutinariamente en los controles anuales. Es necesario destacar la importancia de solicitar ambos análisis, debido a que hay imágenes que la ecografía percibe y la mamografía no, y viceversa».
«Hay que tener en cuenta que estas recomendaciones son para pacientes sin ningún tipo de antecedentes. Para aquellas que tienen familiares directos con diagnósticos de cáncer de mama en edades jóvenes (40 – 50 años, incluso un poco menos) u otros factores de riesgo; se les aconseja correrse de la rutina y realizarse estudios con mayor anterioridad. Actualmente el componente genético – hereditario está cobrando muchísima importancia y no deben minimizarse sus implicancias”, apunta Genest.
Por último, es importante recordar que dentro de estos exámenes ginecológicos se incluye la ecografía transvaginal o ginecológica con el fin de evaluar el estado del útero, el endometrio y los ovarios. “Es muy importante realizarlo también de rutina en las pacientes menopáusicas, en donde se debe hacer un control más estricto. Si bien en esta etapa los ovarios no cumplen ya la función de órgano reproductor de hormonas, siguen siendo asiento de patologías, básicamente de cáncer de ovario”, enfatiza la Directora de Belona.
“Desde que la mujer comienza su edad fértil es recomendable que consulte con su médico ginecólogo/a para tener una charla informativa y una guía profesional ante los nuevos cambios que comienzan”, finaliza Genest.
Un comentario
Pingback: