¿Sexualidad o erotismo?
Palabras que definen mucho más de lo que pensamos. La sexualidad y el erotismo se toman de la mano siendo dos conceptos que aun nos cuesta sumar en una charla
Hoy es un buen día para sentirnos eróticas, pero nos sentimos ¿eróticas o sexuales? A simple vista la diferencia es clara, pero en realidad hay una fina línea que separa el erotismo de la sexualidad y a su vez del sexo. Muchas veces, el hastío de la rutina nos puede, el trabajo, los niños, el estrés… y de repente un día estamos diferentes, miramos con otros ojos a nuestra pareja, con ojitos de deseo. Así que para que sepas que hay tras esa mirada y recuperes esa loca pasión que tienes al fondo del cajón guardada, te traigo las diferencias entre sexo, sexualidad y erotismo en una mujer.
Tres términos que se retroalimentan, en parte todos contribuyen al mismo fin el placer, pero definamos mejor. Podemos decir que la sexualidad es de todo el concepto más amplio. La sexualidad define quienes somos como hombres y mujeres. Es cierto que con los años nuestra sexualidad cambia, así como todos los comportamientos sexuales, nuestras relaciones y la intimidad. Hasta cómo elegimos expresarnos, vestirnos o mostrarnos en determinadas circunstancias con un hombre o una mujer podría englobarse dentro de la sexualidad.
Nuestro origen sexual, las creencias que tenemos y actitudes. Podrías resumir que la sexualidad es una comportamiento o actitud ante el resto de personas, que varía según a quién tenemos delante y que cambia a lo largo de las etapas de la vida, con mucha más fuerza en la mujer debido a que conlleva más cambios hormonales: pubertad y adolescencia, embarazo y postparto, menopausia.
El erotismo, es una palabra que proviene del griego, donde la expresión eros significa deseo o placer. El erotismo se asocia a la sensualidad y al deseo sexual, si te sientes erótica es porque te sientes mucho más sensual y por eso miras así a tu pareja, arde en ti el deseo del sexo. Pero va más allá, en nosotras el comportamiento cambia, se activan mecanismos de seducción e insinuación, gestos y miradas, que invitan a pasar el tiempo cuerpo con cuerpo. Y para articular, el sexo es la consecuencia del erotismo. Aunque hay que decir, que no siempre es así, pero en su mayor parte el erotismo que conlleva la imaginación, la fantasía sexual, la seducción se activa para terminar en el sexo. Por definición, el sexo es el acto sexual en sí, un instinto biológico que a veces suprimimos de nuestras vidas por problemas de salud o simplemente por distanciamiento con la pareja abandonamos uno de los placeres. El sexo no se limita a la penetración. Sino que se basa además en besar, acariciar, el sexo oral e incluso la masturbación forman parte del sexo.
En la forma de expresión erótica entran en juego muchos factores; algunos de ellos son inherentes a la propia persona (personalidad, autoestima, conocimientos, valores y creencias, imaginario erótico y preferencias sexuales) y otros al contexto social y cultural. El erotismo es una cuestión individual, influenciada por el entorno en el que vive la persona.
El erotismo es también una forma de comunicación especial, la comunicación relacionada con todo lo que es sexual: la identidad y expresión de género y la forma de expresar los afectos sexuales (el deseo, la atracción, el enamoramiento y el amor).
La forma de expresar la erótica tiene una influencia muy importante, casi esencial, en la manera que cada persona vive su sexualidad. Algunas personas saben disfrutar de esta capacidad, mientras otras pueden llegar a reprimirla. Ello es así porque es difícil desligar el erotismo que desprende una persona de su capacidad para darse el permiso de disfrutar de la vida (y de la sexualidad) con alegría, mediante el juego, la provocación, la insinuación o el coqueteo.
Erotizar significa crear las condiciones para que una determinada persona o situación adquiera la condición de erótica. Las personas tenemos la capacidad de erotizarnos, de erotizar a otra persona, ambientes o cosas.
Ponerse en clave erótica es esencial para disfrutar del placer sexual. La clave erótica es un estado de predisposición a una experiencia sexual que se caracteriza por:
- Bienestar físico y emocional.
- Relajación y disposición al juego.
Se trata sencillamente de meter la erótica en nuestra cabeza y dejar de lado pensamientos que no tienen nada que ver con el hecho de disfrutar del placer sexual.
Activar la clave erótica aumenta el deseo y genera vínculos afectivos con la pareja sexual. Prepara para el juego, para disfrutar de la sexualidad y favorece una respuesta sexual adecuada. Puede conseguirse mediante:
- Un ambiente erótico.
- Los pensamientos y fantasías de contenido erótico, sensual o afectivo.
- La estimulación de las zonas erógenas.
Para entrar en clave erótica es imprescindible tener la disposición de hacerlo y nunca puede considerarse una obligación. Nadie tiene la obligación de esforzarse por mantener una relación sexual no deseada.
La clave erótica es un recurso, pero nunca puede considerarse como una receta mágica que garantiza una respuesta automática de deseo sexual.
Lic. Ana Laura Venturin. Pscicóloga. Especialista en sexología y neurocienciencia