Mujeres, sexo y placer
La sexualidad es uno de los principales tabúes que enfrentamos las mujeres a lo largo de la historia. Despertar la plenitud femenina es un proceso personal y único para cada mujer.
La sexualidad es un aspecto integral de la vida humana, y nosotras las mujeres no somos una excepción. La sexualidad femenina es muy diversa y compleja, y es importante comprender y respetar esta dimensión esencial de nuestro ser. Abarca una amplia gama de aspectos: físicos, emocionales, mentales y sociales. Cada mujer tiene su propia identidad sexual única, sus propias necesidades y deseos. Es esencial reconocer que no hay una única forma «correcta» de ser sexualmente activa o de experimentar placer.
Además, como mujeres que transitamos esta época actual, donde hoy podemos hablar con más liviandad sobre nuestra sexualidad, cada vez somos más las que nos animamos a romper con ciertos mandatos de una época atrás. Donde la pareja era la única forma de entender el amor y en el cual las mujeres teníamos que pasar la vida buscando una pareja y ese tenía que ser el objetivo vital y la forma de ser felices. Esta época, que como mujeres nos toca transitar, nos propone cuestionar un concepto que es heredado y aprendido, un imperativo que como mujeres siempre nos han marcado, que debíamos ser esposas y madres como condición de existencia. Es así que hoy nos encontramos cuestionándonos la complejidad de los vínculos en la actualidad y como la mujer tiene más libertad para explorar y vivir su sexualidad en base a sus propios deseos.
Despertar la plenitud femenina es un proceso personal y único para cada mujer. Implica conectarnos con nuestra propia esencia, potencial, cultivar una relación saludable y amorosa con nosotras mismas. Algunas ideas generales
- El autoconocimiento: Comienza por conocer y comprender nuestras propias necesidades, deseos, fortalezas y debilidades. Esto implica explorar nuestras emociones, valores, creencias, aceptarnos y amarnos tal cual somos. ¡Y si! Es aceptarnos, dejar de batallar con una imagen hegemónica de nuestro cuerpo, es amigarnos con él, es romper creencias inculcadas, sostener cuales son nuestros valores, que no van a ser negociables. Saber en qué somos más fuertes y de nuestras debilidades hacernos resilientes.
- Autoexploración: esta parte es muy interesante, ya que necesitamos tomarnos un tiempo para explorar nuestro propio cuerpo e iremos descubriendo que nos gusta, que nos produce placer. Claramente el punto de partida puede ser la masturbación, que es una forma saludable y natural de conocer nuestro propio cuerpo y nuestras preferencias sexuales.
- Comunicación abierta: Hablar abierta y honestamente sobre nuestros deseos y necesidades sexuales con nuestras parejas puede ayudarnos a crear un ambiente de confianza y conexión. La comunicación abierta también puede incluir la expresión de nuestras fantasías y explorar nuevas experiencias juntos.
- Aprender sobre la anatomía femenina: la respuesta sexual y las diferentes técnicas sexuales pueden sernos de mucha utilidad para comprender mejor nuestro propio cuerpo y aumentar nuestro conocimiento sexual. Podemos leer libros, buscar información confiable en línea o incluso considerar asistir a talleres o clases sobre sexualidad.
- Autoestima y cuidado personal: El amor propio y la confianza en nosotras mismas son fundamentales para desarrollar una sexualidad saludable. Cuidarnos, tanto física como emocionalmente, nos hará sentir más seguras y cómodas con nuestra sexualidad.
- Exploración gradual: cuando nos tomamos un tiempo para experimentar y explorar diferentes actividades sexuales. Tenemos que saber que no hay prisa y cada una de nosotras tiene sus propios ritmos y preferencias. Escucha tu cuerpo y haz lo que te haga sentir cómoda y segura.
Recuerda que cada mujer es única y tiene sus propias experiencias y preferencias. No hay una forma «correcta» de despertar la sexualidad femenina, ya que es un proceso personal y en constante evolución. Lo más importante es respetarnos a nosotras misma, disfrutar del camino y buscar siempre el consentimiento y la comunicación abierta en nuestras relaciones sexuales.
En síntesis, la sexualidad de la mujer es un componente esencial de su identidad y bienestar. Es diversa, compleja y única para cada mujer. Promover la educación sexual, el respeto por el consentimiento y la autonomía sexual son pasos fundamentales para construir una sociedad más igualitaria y saludable, donde todas las mujeres podamos vivir y disfrutar plenamente de nuestra sexualidad.
2 Comentarios
Lourdes Andrada
Excelente aporte para comprender!!!
Nilda Di Croce
Excelente nota de la Licenciada Ana Laura Venturin, muy bueno ocuparse de la sexualidad de la mujer, q aún hoy para muchas personas sigue siendo un tabú .