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¿Cómo cuidar la piel en verano?

El Servicio Dermatológico del Instituto Médico mendocino ‘Belona’, brinda los tips a tener en cuenta para lograr una exposición al sol saludable

Comenzamos la segunda quincena de enero, un mes que para muchos es ideal para vacacionar en playas o piscinas, aprovechando las horas del día para relajarse tomando sol. Sin embargo, el cuidado de la piel es necesario durante todos los días del año y sobre todo, en estos meses estivales.



¿La razón? Durante los meses de verano, se necesita un ‘extra’ de hidratación y protección y, además, es necesario saber, que más allá de un alto riesgo de desarrollar un cáncer cutáneo (melanoma), un excesivo e incontrolado tiempo de radiación solar, provoca que la piel envejezca prematuramente, perdiendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas. A corto plazo, una piel mal cuidada puede volverse seca, áspera, descamarse y adquirir una apariencia apergaminada o cuarteada. Esto se debe a la pérdida del factor hidratante que debe evitar la deshidratación de las células de las capas más profundas.

Respondamos algunas de las consultas más habituales sobre este tema:


¿Cuáles son los factores que dañan la piel durante el verano?

El factor que más influye en el daño de la piel es la radiación ultravioleta, que proviene fundamentalmente del sol, aunque también se puede encontrar en aparatos artificiales como las camas solares.

El sol emite dos tipos de rayos ultravioletas (RUV) que dañan la piel, los UVA y UVB. Los UVB se incrementan entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, horario en el cual recomendamos que la gente no se exponga al sol, ni siquiera con protector. Por su parte, los UVA son altos durante todo el día, incluso a las 8 de la mañana o a las 6 de la tarde, y durante todo el año.



¿Qué protector es el recomendado para protegerse adecuadamente?

Es aconsejable el uso de protectores solares de amplio espectro, lo que significa que tienen cobertura para ambos tipos de rayos ultravioleta. Esto debe estar explicitado en la etiqueta, de no ser así, hay que consultarlo con el médico.

Otras recomendaciones importantes son:

-Ponerse una buena cantidad de protector, sobre todo en aquellos lugares que siempre son olvidados: orejas, dorso de las manos, dorso de los pies y cuello.

-Utilizar el mismo factor en todo el cuerpo.

-Utilizar el mismo factor a lo largo del tiempo, es habitual que uno comience las vacaciones poniéndose un factor alto, y luego va bajando a medida que se va bronceando. Esto no es adecuado, ya que el bronceado equivale a un factor de protección 4, por lo que no protege contra futuras agresiones.

-No dejarlo mucho tiempo en el sol, ni destapado, y chequear la fecha de vencimiento.



¿De qué otras formas me puedo proteger?

Principalmente, estando bajo una buena sombra. Hay que tener cuidado porque si ésta es sutil deja pasar el 50% de la radiación.

La ropa es otra forma de protección, se pueden usar prendas con manga larga, pantalones y/o sombreros con ala ancha (más de 10 cm.). Contrariamente a lo que se cree, la ropa blanca es más fresca pero protege menos, mientras que la negra es más calurosa pero nos cubre más de los efectos del sol.

¿Cuándo está nublado debo cuidarme igual?

Sí, ya que las nubes dejan pasar el 80% de la radiación. También hay que tener cuidado al meterse al agua, ya que sólo filtra el 50% de los rayos UV.

¿Quiénes son los que corren mayores riesgos?
  • Los niños menores de 6 meses, ya que no pueden usar protector solar, porque se absorbe a través de la piel y el niño no está preparado para eso.
  • Los niños menores de 1 año, ya que si bien se pueden poner protector solar para alguna exposición solar ocasional, no es recomendable. Deben usar sí o sí formulaciones para niños, debido a que al tener más filtros físicos que químicos son más seguros.


  • La gente que tiene antecedentes familiares o personales de cáncer de piel.
  • Aquellos que tienen cáncer en general, ya que el sol disminuye las defensas.
  • Las personas que toman ciertos medicamentos fotosensibilizantes (diuréticos, remedios para la presión, psicofármacos, antibióticos) que sensibilizan la piel, y pueden sufrir quemaduras.
  • Los que tienen enfermedades fotosensibles como el lupus.
  • Los que estén con alguna infección activa en la piel.
  • Las personas que tienen muchos lunares.
¿Qué debo hacer si me quemé?

Si sólo es enrojecimiento leve, hay que usar algún producto postsolar, que haya estado guardado en la heladera, e hidratarse mucho después de la quemadura. También se deberá evitar la exposición hasta que la piel esté recuperada.

Si la quemadura es más grave hay que consultar al médico. No hay que untarse aloe vera de plantas, ni pepino, ni ningún remedio casero.


Por: Servicio de Dermatología –Instituto Médico Belona


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