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Fin de año y stress, ¿cómo salir airosas de esta etapa?

La llegada del fin de año suele venir con un gran movimiento laboral y personal. Consejos para sobrellevar las exigencias que implica transitarlos lo más saludablemente posible

A medida que avanzamos a lo largo del año vamos haciendo frente a diferentes exigencias cotidianas, el periodo de finalización del año, al coincidir con eventos en la esfera laboral de cierre, en la espera personal de festejos y conmemoraciones, así como también anticiparnos a cambios en el ámbito familiar como, vacaciones escolares y cambios de la rutina cotidiana, se convierte en un coctel peligroso que puede influir en nuestros montos de ansiedad y niveles percibidos de estres.

De lo anterior, son muchos los cambios que influyen en nuestro estado emocional. Sería imposible detallarlos porque varían, como así también las personas que los padecen, dependiendo de la capacidad de cada uno para percibir la ansiedad y hacer frente a las exigencias cotidianas.

Creería que vale la pena mencionar que todas las diferentes exigencias tiene un final común en el cerebro, un único «botón» por así decirlo, que tiene una gran dificultad de ver matices. El mecanismo del estres.

Si bien el mecanismo propio del stress y la adaptación es algo que hemos hablado en otras oportunidades, lo interesante aquí es tener presente que esta capacidad de adaptarse o este «botón» del estres es un mecanismo costoso en términos energéticos. ¿La razón? Y es que el cambio para nuestro cuerpo y mente es un proceso difícil por lo que preferimos que las variables se mantengan estables en el tiempo. Tal es así, que muchas veces preferimos estar en situaciones que son poco favorables o dañinas antes que buscar la incertidumbre que supone un cambio radical de nuestra conducta.

Volviendo al tema que nos convoca, el momento del fin de año es un gran cambio en el sentido que nos exige, regularmente adaptarnos a los cambios en varios ámbitos de nuestra vida. Con un agravante más: una modificación de nuestro reloj biológico que está determinado por el cambio de las horas de luz que percibimos esto desencadena una cascada compleja a nivel endocrino e inmunológico que también va teniendo cambios a medida que transcurren las estaciones del año.

Esto está asociado, puntualmente en el campo de la salud mental con la reagudización de cuadros preexistentes como trastornos de ansiedad o trastornos del ánimo, por mencionar algunos.

Todo este escenario nos lleva a que el fin de año sea un momento particularmente caótico en el que sentimos que las cosas se pueden ir fuera de control. Es muy común observar en los pacientes quejas vinculadas a altos montos de ansiedad durante todo el día, fallas cognitivas a nivel de la concentración y atención. Infaltable el viejo y conocido insomnio de conciliación que se combina con el aumento de las horas de luz en el día, con un despertar precoz cuando amanece.

Para prevenir la situación de stress provocada por el cierre del año podemos terminar enumerando algunas recomendaciones generales que nos pueden ayudar a transitarlo:

1- Respetar horarios de sueño y de descanso regulares, es decir proveer al cuerpo de una rutina más o menos estable, esto también involucra la calidad y cantidad de alimentación.

2- Evitar el consumo de alcohol y la automedicación, sobretodo de ansiolíticos que solo nos proveen una solución a corto plazo pero a largo plazo el único resultado va a ser agravar nuestros problemas de ansiedad.

3- Incorporar 30-45 minutos de ejercicio diario, o en su defecto una caminata. El ejercicio es la herramienta fundamental para regular el stress, bajar la ansiedad, mejorar el sueño y mantenernos de buen ánimo, importante no olvidar.

4- En la medida de lo posible, anticiparse a los cambios planificando, de esta manera le damos a nuestra mente una capacidad de anticiparse y minimizar la sensación de incertidumbre.

5- Para los cuatro puntos anteriores; involucrar a la familia o al grupo conviviente para que todos estén en la misma sintonía y así evitar que en la casa haya algún saboteador. Todos nos beneficiamos de un ambiente sano y variables predecibles frente a los grandes cambios que ocurren a lo largo del año.

Estos puntos generales nos pueden servir de guía sobre cómo hacer frente al caos que supone el cierre de fin de año y nos van a permitir prevenir problemas en el ámbito de la salud mental. Por supuesto que si toda falla siempre podemos consultar con un especialista para pedirle una opinión y tener un espacio personal para trabajar el impacto que todo esto tiene en cada uno.

Por: Ezequiel Arias Van Lierde, Médico Psiquiatra. Mp: 9286. Director General de Bienestar en Línea.

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