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Así fue el mágico arrebol de Bodega Bombal

Sabores, brindis, expresiones artísticas y la recuperación de un espacio marcado por la historia vitivinícola familiar se fusionaron para vivir un momento inolvidable en la legendaria bodega

Cuando la magia del arrebol comenzaba a desplegar su encanto, bodega Bombal daba inicio a la celebración de su historia y tradición vinícola en un espacio renovado y distinguido.

Es que luego de un largo año de trabajo y en plena pandemia, Dolores González Bombal junto a su hijo, Rodrigo Gimeno, y un equipo de profesionales, finalizaron una gran labor de restauración que había comenzado por allá en el 2018 cuando se embarcaron en el sueño de dar nuevamente vida a aquel edificio que en alguna oportunidad fue una de las pocas reliquias de la antigua Mendoza.

«Este proyecto comenzó cuando le propuse casamiento a mi mujer y le comenté a mi mamá que quería casarme en Lunlunta. Me miró como diciendo estás loco, no hay nada. Era todo tierra, pero le expresé mi confianza y le aseguré que se iba a divertir. Le dije tenés un año, y así fue. Al día de hoy no para, y yo tampoco», destacó Rodrigo.

La bodega, fundada en 1899, especializada en la elaboración de vino en damajuanas con una capacidad de 2,5 millones de litros por año era una de las más importantes de la Argentina. En tiempos actuales la empresa elabora 2 millones de litros, ya que los toneles no están aún en uso, pero pronto serán restaurados.

«Hoy tenemos tres líneas de vinos: Entry Label con tradición Malbec, mitad de gama Finca Bombal en tres varietales (Malbec, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot), todos cosecha 2020. Y nuestro emblema alta gama Domingo Lucas Bombal, Gran Malbec 2019», destacó Rodrigo.

Las obras de remodelación se iniciaron en una fuerte apuesta de los jardines y limpieza general de la bodega, priorizando la arquitectura y el paisajismo para que en marzo de 2019 este espacio pudiera celebrar su primera boda, la de María Artigas y Rodrigo Gimeno, uno de los descendientes de la familia Bombal.

En aquel momento, Dolores González Bombal tenía motivos más que suficientes para festejar: había rescatado parte de la historia y lograba plasmar su impronta fantástica en algo íntimo. De esta manera, entre barricas y un entorno soñado, Bodega Bombal se sumaba a los escenarios más destacados de Mendoza en materia de eventos sociales.

Más tarde, los trabajos de restauración continuaron para completar la propuesta. Esta vez, los profesionales se enfocaron en el ex lagar de la bodega, aquel espacio donde antiguamente se recepcionaba la uva y se la estrujaba o prensaba para obtener el jugo con que se hace el vino. «Se trata de una cavidad rectangular construida artificialmente, en la que se pisaban las uvas, y de las que el jugo resultante se escurría hacia un receptáculo ubicado en la parte inferior. El que estuviera lleno era señal de prosperidad», comentó Gimeno para Voilà.

Allí, la intervención llevó poco más de un año, y contó con la sinergia creativa de Dolores y la artista plástica Federica Del Olmo. «La idea se genera para crear un restó/bar, o un lugar de eventos con un número reducido de personas. Pero además, invita a disfrutar de una experiencia enogastronómica, ya que próximamente abrirá sus puertas al turismo durante los fines de semana con un concepto gastronómico sencillo maridado con nuestros vinos«, resaltó el gerente general.

Como no podía ser de otra manera, hubo inauguración para homenajear esta joya vinícola y seguir sintiendo sus latidos más fuerte que nunca. Más de 250 personas presenciaron el cóctel que conjugó los sabores a las brasas del chef Pablo Del Río, brindis con los vinos de la casa, la mágica muestra de arte Zodiaco más el imponente mural en el corazón del lagar de la joven artista @Ferikart, música en la previa de Virginia Da Cunha, tarotistas, y una fiesta con barra de tragos y sonidos de djs. Todo demostró que Bodega Bombal es una gran opción a la hora de pensar en una experiencia inolvidable.




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